TOP 15: Los puntos de surf más peligrosos del mundo

El surf es un deporte que puede practicarse en un medio acuático, pero sigue siendo una actividad extrema y potencialmente peligrosa. No se equivoque, no son sólo los tiburones los que hacen del surf un deporte de riesgo.

Los surfistas, cuando salen a enfrentarse a olas más altas que edificios de cuatro plantas, se enfrentan a riesgos cuya gravedad no siempre se aprecia. Es la violencia de las olas y su fuerza lo que provoca la mayoría de los accidentes de surf.

Con cualquier tiempo, cuando la Madre Naturaleza es caprichosa, los surfistas pueden chocar entre sí, golpearse la cabeza con rocas submarinas, sufrir lesiones musculares y, lo peor de todo, ahogarse.

Los estudios han demostrado que la mayoría de los accidentes de surf están causados por el propio equipo. Cuando una ola enorme se acerca de repente y el surfista no puede salir a tiempo, suele estrellarse contra la tabla. No se sabe cuántos ahogamientos se han producido de este modo.

Por estas razones, durante una competición, los surfistas de talla mundial luchan primero contra la ola y luego entre sí. Hoy en día, junto a las zonas de competición más temibles, existen unos quince puntos mortales que sólo los más atrevidos se atreven a desafiar. Aquí están los 15 primeros.

#15 – Cyclops, Australia

Cyclops, Australia

Cyclops es una de las olas menos surfeadas del mundo, ya que sólo se puede acceder a ella en barco. También es una de las olas más nuevas en el mapa internacional del surf. El cambio de profundidad es intenso, lo que hace que el Cíclope estalle en ráfagas gigantescas y adopte una forma como ninguna otra ola en el mundo. Sus barriles ovalados son el origen de su nombre.

Como ya se ha dicho, es imposible llegar a las olas remando, lo que significa que tendrá que coger un barco para llegar. Un movimiento en falso y las olas te enviarán directamente a un campo de rocas. Poco acogedor.

Otro detalle importante. Este paraje se encuentra frente a la costa de Australia Occidental, uno de los lugares más remotos del mundo. En otras palabras, si algo va mal, estás a horas del hospital más cercano.

#14 – El Gringo, Chile

El Gringo, Chile

El Gringo también se conoce como “el oleoducto chileno” por la forma de barril de la ola. Se encuentra en una isla exterior, a 1,5 km del mar. Las olas pueden alcanzar una altura de 5 metros o más.

Este lugar tiene una particularidad que lo hace peligroso: los erizos de mar. La costa chilena es conocida por sus aguas infestadas de erizos de mar, y El Gringo cuenta con un gran número de ellos. Además, la última sección de la ola tiende a romper en un arrecife seco, ¡por eso se puede ver a muchos surfistas entrando en la ola con casco!

El mero hecho de meterse en el agua ya es todo un reto. Los surfistas tienen que colocarse sobre una roca frente a la ola rompiente y esperar un momento de calma para entrar.

#13 – Mullaghmore Head, Irlanda

Mullaghmore Head, Irlanda

Mullaghmore Head es un punto de surf de la costa oeste de Irlanda considerado uno de los más peligrosos y desafiantes del mundo. Las olas de Mullaghmore Head pueden alcanzar enormes alturas debido a la topografía submarina cercana a la playa. El escarpado y rocoso fondo marino crea enormes olas rompientes que pueden ser muy potentes y difíciles de surfear.

Los surfistas de Mullaghmore Head se enfrentan a retos adicionales, como condiciones meteorológicas cambiantes y fuertes corrientes que pueden dificultar la navegación en alta mar. Sólo los surfistas experimentados pueden competir con estas olas, e incluso ellos pueden necesitar el apoyo de una moto acuática para colocarse en la posición adecuada para surfear.

#12 – Dungeons, Sudáfrica

Dungeons, Sudáfrica

Practicar surf en Sudáfrica es una experiencia única, especialmente en Dungeons. Este punto de surf puede recibir oleajes de hasta 14 metros procedentes del Océano Índico meridional. Dungeons también organiza el concurso anual Big Waves.

Las aguas que rodean Sudáfrica tienen fama de estar infestadas de tiburones, y Dungeons no es una excepción. El tamaño y la fuerza de las olas son también increíblemente intimidantes. Sin duda, un lugar sólo para profesionales exigentes.

La extensión de agua es enorme, lo que también crea la posibilidad de olas “rebeldes” que pueden pillar desprevenido al surfista. Una ola rebelde es una ola tan violenta como imprevisible e inesperada. Nada muy tranquilizador…

#11 – Agiti, España

Agiti, España

Situada frente a la costa del norte de España, Agiti es conocida por sus enormes olas que desafían incluso a los surfistas más experimentados. Las olas grandes son poco frecuentes, pero cuando las condiciones son propicias, este épico lugar de surf explota, rompiendo en una pequeña bahía de sólo 150 metros de ancho.

Los acantilados rocosos que rodean el Golfo de Vizcaya crean condiciones peligrosas que han sido causa de numerosos naufragios a lo largo de los años. Imagina lo que estas condiciones pueden hacerle a un hombre solo sobre una tabla de surf.

Las olas rompen cerca de la orilla, algunas sobre enormes rocas sumergidas.

#10 – Nazaré, Portugal

Nazaré, Portugal

Nazaré es un spot de surf situado en la costa portuguesa que está considerado uno de los más peligrosos y desafiantes del mundo. Las olas de Nazaré pueden alcanzar alturas increíbles, a veces más de 25 metros, debido a la singular topografía submarina cercana a la playa. El fondo marino, suavemente inclinado, crea enormes olas rompientes que pueden ser muy potentes y difíciles de surfear.

Los surfistas de Nazaré se enfrentan a retos adicionales, como las duras condiciones del mar, las fuertes corrientes y la distancia necesaria para alcanzar las olas más grandes del mar. Sólo los surfistas experimentados pueden competir con estas olas, e incluso ellos pueden necesitar el apoyo de una moto acuática para situarse en la posición adecuada para surfear.

La popularidad de Nazaré se debe principalmente a sus repetidos récords mundiales de la ola más alta jamás surfeada. El poseedor del título es el alemán Sebastian Steudtner, que domó una monstruosa ola de 26,21 metros en Nazaré el 29 de octubre de 2020. Este récord sigue vigente en 2023.

#9 – Pico Alto, Perú

Pico Alto, Perú

Sí, Perú ofrece muchos puntos de surf, el más peligroso de los cuales es “Pico Alto”. Además de ser una gran ola, este lugar está salpicado de arrecifes exteriores con bordes afilados como cuchillas. Además, los movimientos de las olas son muy aleatorios. Zigzaguean por toda la costa y a veces pueden alcanzar los 10 metros (mayo).

Los surfistas que cabalgan las olas de Pico Alto se encuentran a menudo con las llamadas olas “close out”. En otras palabras, mientras creen que están surfeando una ola a toda potencia, los surfistas se caen porque la ola rompe y se cierra de repente. Esto suele ocurrir cuando una ola alcanza la saturación. Y cuando una ola no se cierra lo bastante rápido, alcanza al surfista y se lo traga.

#8 – The Wedge, Estados Unidos

The Wedge, Estados Unidos

Este lugar de Newport Beach (California) es uno de los más populares de Estados Unidos. A primera vista, las olas de este lugar parecen muy amistosas, pero es una falsa impresión. Cuando el mar se despierta, agita sus olas en todas direcciones, frustrando a menudo las predicciones incluso de los surfistas más experimentados. Por lo general, el oleaje se desplaza lateralmente hacia la orilla, pero a veces golpea en sentido contrario.

Conseguir mantenerse de pie sobre una ola durante veinte segundos es una hazaña que sólo unos pocos surfistas inconscientes han sido capaces de lograr. Demasiado irregulares, las olas de este spot son extremadamente difíciles de surfear, pero esto no desanima a los adeptos de la disciplina. Al contrario, les encanta desafiarlos. Animados por miles de espectadores, los surfistas se lanzan de cabeza a las olas. Desde lejos, parecen gladiadores luchando contra una fuerza sobrenatural.

#7 – Jaws, Hawai

Jaws, Hawai

Situado en la isla de Maui, este spot de surf se distingue por sus olas increíblemente violentas y potentes. Apodado “la mandíbula”, el spot “Jaws” alberga las olas más impresionantes de esta parte del mundo.

Afortunadamente, hasta la fecha no ha habido víctimas mortales, lo que explica que este lugar atraiga cada vez a más surfistas de todo el mundo, sobre todo a los más experimentados. A pesar de su destreza sobre el tablero, la mayoría de ellos pasan un mal cuarto de hora cada vez que el horrible “Tiburón” les cierra la boca.

El lugar se asocia a menudo con el legendario Laird Hamilton, una figura icónica en el mundo del gran surf. Es en estas enormes olas donde esta estrella se labró su reputación. Este spot también se asocia al surf “remolcado” (con moto acuática). De hecho, es allí donde esta disciplina tuvo sus inicios.

#6 – Shipstern’s Bluff, Tasmania

Shipstern's Bluff, Tasmania

Situado en las profundidades de Tasmania, Shipstern’s Bluff es un paraje salvaje dominado por escarpados acantilados sobre los que golpean las olas más violentas del mundo. A día de hoy, ningún surfista conocido ha muerto intentando cabalgar las olas de Shipstern’s Bluff, pero eso no lo hace menos peligroso.

La primera preocupación con Shipstern’s Bluff es que el agua está helada y la ola puede doblar su tamaño y volumen sin previo aviso. Nunca se puede predecir cómo se manifestarán las olas.

La segunda preocupación son las grandes rocas que bordean el fondo de esta franja de mar, y los tiburones blancos que la llaman hogar. Pero como siempre, a los surfistas no les importan estos peligros. Cada año aumenta más el número de personas que intentan lo imposible en este lugar.

#5 – Waimea Bay, Hawai

Waimea Bay, Hawai

Los surfistas consideran la bahía de Waimea el lugar sagrado del surf. Situado en la costa norte de Oahu, este lugar se cobró su primera víctima en 1943. Dos pioneros del surf, Woody Brown y Dickie Cross, quedaron atrapados en las olas gigantes de Sunset Beach.

Para salir del atasco, intentaron remar hacia la bahía de Waimea hasta que se les echó encima un gran oleaje procedente del noroeste. Mientras Woody Brown escapaba milagrosamente, Dickie Cross desaparecía para siempre en las profundidades de la bahía de Waimea.

No fue hasta 1995 cuando la bahía de Waimea se cobró su segunda víctima en la persona del surfista profesional Donnie Solomon, que quedó atrapado entre olas de más de 6 metros. Más recientemente, en 2015, un excéntrico surfista llamado Alec Cooke simplemente desapareció tras salir a remar para coger una ola.

#4 – Mavericks, Estados Unidos

Mavericks, Estados Unidos

Situado en la zona del “Triángulo Rojo” del norte de California, “Mavericks” se llama así por las colonias de tiburones blancos que se cree que frecuentan sus profundidades. Pero no se equivoque. Las olas de Mavericks, que pueden alcanzar los 15 metros, tienen más probabilidades de acabar con la vida de un surfista que los tiburones.

Mavericks intimida porque está bastante lejos de la playa, lo que reduce las posibilidades de supervivencia en caso de accidente. Este lugar se ha cobrado la vida de los surfistas de olas grandes más consumados. Sin embargo, la muerte de Mark Foo en 1994 fue el acontecimiento que más conmocionó a la comunidad surfera. Unos años más tarde, Mavericks se llevó consigo a otra estrella del deporte en la persona de Sion Milosky.

El propio actor de Hollywood Gerard Butler se llevó un gran susto durante el rodaje de la película biográfica del surfista Jay Moriarty, que murió mientras practicaba surf en las Maldivas. “Persiguiendo Mavericks”, la película que sigue su carrera, le rinde homenaje.

#3 – Puerto Escondido, México

Puerto Escondido, México

Puerto Escondido es uno de los mejores puntos de surf del mundo, pero también uno de los más peligrosos y mortales. Además de los turistas imprudentes que se han aventurado demasiado lejos, Puerto Escondido, o el “Pipeline mexicano” como dirían los surfistas, se ha cobrado la vida de muchos talentos del surf. Entre ellos, Ron Cassidy en 2007, Noel Robinson en 2011 y Jay Adams en 2014. Además, hay surfistas que ni siquiera han tenido tiempo de hacerse un nombre.

A diferencia de otros lugares, frente a Puerto Escondido hay un enorme cañón submarino que canaliza las grandes marejadas del sur. De allí sacan las olas toda su fuerza, que se siente cuando rompen en la playa. Las autoridades locales han puesto en marcha medidas de seguridad para proteger a los surfistas, pero esto no hace que las olas sean menos peligrosas.

#2 – Teahupo’o, Tahití

Teahupo'o, Tahití

La principal razón por la que Teahupo’o es tan peligroso es el grosor de la ola. El oleaje que se acerca a la playa de Teahupo’o es muy profundo y, además, no se ve obstaculizado por una plataforma continental. Esta enorme ola, que puede alcanzar varios metros de altura, es tan agresiva y poderosa que ha adquirido la costumbre de romper contra los arrecifes de coral vivos presentes en las profundidades del paraje.

Surfistas, no caigáis en la trampa de Teahupo’o. A veces, esta hermosa extensión azul parece acariciar suavemente los arrecifes y dan ganas de ir allí a surfear. Es una falsa invitación, porque cuando el Pacífico Sur cobra vida de repente, Teahupo’o se convierte en un ogro de las profundidades marinas que se traga todo lo que encuentra a su paso.

Teahupo’o también tiene su cuota de víctimas. En 2001, Briece Taerea se rompió la espalda por tres sitios al intentar bucear en una depresión de 4 metros, que le llevó directamente al arrecife. Lo llevaron a la orilla, pero no sobrevivió. A pesar de los peligros de Teahupo’o, surfistas de todo el mundo siguen acudiendo a la zona para intentar dominar las olas.

#1 – Pipeline, Hawai

Pipeline, Hawai

El Pipeline de Hawai es famoso por ser el lugar en el que han muerto más surfistas del mundo. Desde 1989, las olas de este lugar se han cobrado la vida de una docena de surfistas. Entre sus víctimas se encuentran superestrellas del surf como Andy Chuda, Travis Musslman, Moto Watanabe, Malik Joyeux, Jon Mozo, Joshua Nakata y Joaquin Vellila. Es un precio muy alto, teniendo en cuenta que el Pipeline no se surfeó por primera vez hasta 1960.

Más recientemente, un surfista floridano llamado Evan Geiselman estuvo a punto de morir allí. En diciembre de 2015, tras intentar un planeo perfecto, el surfista se cayó, tocó fondo y se golpeó la cabeza antes de desmayarse. Su nombre habría figurado en la lista de víctimas del Pipeline de no haber sido por el valor del bodyboarder André Botha, que milagrosamente consiguió llevarlo a la orilla. Un año antes, Joel Parkinson habría vivido exactamente la misma situación.